A los jugadores les encanta entrenar así cuando no los ve nadie, ataviadados con el sombrero de verdiales dan unos magníficos pases y despistan al contrario.
Además, en el descanso cogen instrumentos y forman una panda de campeones, lo que les sirve para desconectar de la presión "futbolera" y rendir a tope en los partidos.
Enhorabuena por esta gran idea, y a seguir cosechando éxitos.
Una letra de verdiales, del libro de Pepe Molina, dice así:
Tengo que irme a vivir
a Malaguita la llana,
porque dicen que se
gana
la gloria antes de
morir.
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